jueves, 14 de abril de 2011

No sé... En Enero es menos placentero.



¿Por qué me gusta más cagar en verano que en invierno? Será porque en invierno tengo que estar sentado en la taza con el pantalón del pijama puesto dos minutos antes de poder expulsar la mercancía. Hay veces que esto se pone muy cuesta arriba.

¿Hay algo que joda más que te salpique el agua de la taza y te empape el perineo? Tranquilos, tengo la solución, coger cuatro cuadraditos de papel unidos, arrugarlos y depositarlos en la taza sin que se mojen demasiado. A continuación dejar que actúen a modo de colchón, como los que les ponen a los suicidas. Lo malo es cuando hay dos suicidas. O tres.
¿Hay algo que joda más que te salpique el agua de la taza y te empape el perineo? Sí, que te salpique después de haber meado. Ya tienes que ir al bidé y tal, aunque en mi caso siempre uso el bidé... Pero eso es otra historia.

¿Por qué cuando cago y hace frio los pelos de los brazos se me ponen de punta? Si antes de cagar también hacía frio… ¿Qué es lo que cambia en mi cuerpo cuando cago?, ¿qué hace que adquieran esa erección espontánea?
Dios, ¿por qué esta tan fría la taza en casa de mi abuela? Me siento ahí un rato, con el pijama, y cuando con heroico atrevimiento poso los muslos desnudos… ¡DIOS!, SIGUE COMO UN PUTO TÉMPANO, incluso en agosto...
-Pon la apetitosa tarta de manzana a enfriar en el alféizar de la ventana.
-Mejor la pondré en la taza.
Está muy fría. Cago malamente. Me miro en el espejo y se me tuerce el gesto. Es como cuando te quieres tomar un vaso de leche helada en verano y le echas sal en vez de azúcar y le pegas un trago. Aunque te prepares otro ya estás jodido, ya no es lo mismo.

¿Por qué te sientes tan vulnerable sentado en la taza de vater? ¿Por qué siempre hay un amigo cabrón que te abre la puerta cuando estas totalmente concentrado? ¿Por qué ese amigo llama a voces a tres amigos que acuden raudos a observarte y reírse de ti? ¿Por qué a través de los 5 cm de apertura de la  puerta lanzas gritos de suplica, mitad risa mitad llanto, mientras intentas inútilmente cerrar con una mano y te cubres con la otra? Ni siquiera Chuck armado con un machete y un fusil de asalto saldría airoso de esta situación.

Un colega me contó que su padre cagaba con la puerta abierta, leyendo el periódico,  fumándose un pitillo y en cuclillas sobre la taza. Menuda gilipollez, ¿no? Pues no del todo. Prueba a cagar en cuclillas cuando estés estreñido. Magia. Todo fluye. Pero recuerda poner colchón para un par de suicidas con problemas de sobrepeso.




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